domingo, febrero 19, 2006

Se acabo la inspiracion

Como habia supuesto en el presiso instante en el que cree este blog, mis ideas se hiban a acabar tarde o temprano asi que hice lo que todo el mundo hace: robar idea a otras personas mas inteligentes que uno.
Aqui empieza esta saga de robo descarado por mi parte ( algunos le dicen tributo ).

CLIENTE: (acercándose sonriente): Hola… ¿vos no sos el que escribe “La Góndola Platónica”?
REPOSITOR: mmmm… (duda) mmmmm (sigue dudando)
C: ¿estás bien?
R: Si, soy yo.
C: (contento pero conteniendo la emoción) ¡Ay! Ya me parecía que te ubicaba de algún lado: te ví de lejos y me dije “yo leí algo que este guaso escribió”.
R: (ya cansado) Bueno. (Levanta los ojos en señal de “andate, por favor, que estoy trabajando”) andate, por favor, que estoy trabajando.
C: (guiñando un ojo) ¡Ja! Igual que en “La Góndola Platónica”… muy gracioso ¿vas a escribir este diálogo?
R: No. Devolveme las galletitas. No te hagas el pelotudo.
C: Te quiero dar una anécdota divertida para que cuentes, no seas gil
R: Devolveme las galletitas, las tengo que ubicar en la góndola.
C: No te las devuelvo, y mirá lo que hago (arroja un paquete de sonrisas® con nutrileche® al piso y amenaza pisarlo)
R: ¡No, ¿qué hacés?! ¡esas tienen nutrileche®!
C: ¿Vas a escribir este diálogo o no?
R: ¡No! es una columna de filosofía, acá no hay nada filosófico
C: ¿y si te muestro el pito?
R: mmmmm…. (duda)
C: (le muestra el pito) es un pito existencialista ateo. Yo en cambio soy más bien heideggeriano. Pero igual nos llevamos bien.
R: Se le nota sobre todo lo sartreano. Aunque yo diría que tiene una inclinación refutable hacia Camus.
C: ¿qué, eso? no, eso es de cuando me lo agarré con la bragueta. Dice el médico que en ocho años ya ni se va a notar.
Rr: Esta conversación ha llegado a su fin.
C: Lo he pasado de maravillas. Me llevo las sonrisas®.
R: ¡tienen nutrileche®!

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